El feminismo es un movimiento político, social y filosófico radical que afirma a las mujeres como personas con derechos. Este movimiento se origina a la par con las luchas revolucionarias y libertarias, especialmente, con los ideales emancipatorios de la revolución francesa del siglo XVIII y XIX. Las mujeres inician la lucha por el reconocimiento al voto y a sus derechos laborales. En México, es en la década de 1960 que el movimiento feminista cobra su esplendor, especialmente entre las mujeres educadas de clase media. Las primeras feministas en México en su mayoría fueron educadoras, quienes pugnaron por el derecho al voto y a la educación.
El feminismo no es contrario al machismo, pues todavía hoy existe una equivocada comprensión del término, ello derivado del desconocimiento. El machismo es una conducta animalezaca del hombre, violenta, dominadora y agresiva, el feminismo no es su contraparte, pues su contraparte sería el hembrismo o matriarcado, como un modelo de imposición violenta y dominadora de las mujeres sobre los hombres.
Cuando hago referencia a feminismo, éste está comprendido como la teoría crítica que analiza el patriarcado “como una estructura política piramidal de dominación y subordinación, estratificada por género, raza, clase, taxonomías religiosas y culturales y otras formas históricas de dominación [1].
El feminismo está en contra de la creación de una mística romántica de la femineidad que exalta y sublima a la mujer como esposa y madre, pues éste es un mecanismo de control machista, que según la crítica feminista, es usado para ocultar la exclusión de la mujer de las instancias reales de decisión.
El feminismo no excluye, sino que incluye a los hombres y los exhorta a un cambio de relaciones de equidad, y propone un nuevo orden social, político, económico y eclesial beneficioso para hombres y mujeres por igual fundamentado en la armonía, y nunca en el dominio o imposición violenta.